Ubicada en la Región de Maule, la Central La Mina de Colbún –próxima a ser inaugurada– innovó para el desarrollo de su casa de máquinas, inspirándose en centrales hidroeléctricas de Noruega y buscando la armonía con el entorno cordillerano.
La Casa de Máquinas de La Mina fue inspirada en centrales hidroeléctricas noruegas.
Asemejar un refugio de alta montaña fue el principal desafío para el diseño y la construcción de la casa de máquinas de la Central La Mina, ubicada a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar, en la comuna de San Clemente, Región del Maule. Esto, con una sola intensión: desarrollar un edificio que se integrara visualmente al entorno. “Queríamos innovar en la forma de levantar una casa de máquinas en Chile y que la arquitectura se acomodara al entorno de alta montaña. Hoy, estamos muy contentos porque tenemos una solución armónica y que a su vez refleja la manera en que seguiremos desarrollando nuestros proyectos en Colbún”, explica Eduardo Lauer, gerente de División Ingeniería y Proyectos (DIP) de la generadora.
La arquitecta de Colbún, Bernardita Grass, también de la DIP, innovó en el diseño tomando como referente el concepto que se aplica a las centrales hidroeléctricas en Noruega, donde además de hacer diseños funcionales que resguarden el correcto funcionamiento de los equipos, se busca que la casa de máquinas se vincule con el entorno natural: “Se buscó una imagen exterior que dialogara con el contexto geográfico, la Cordillera de Los Andes, y las condiciones constructivas propias de la alta montaña; y concluimos en un refugio montañés: una propuesta conceptual y funcional, y visualmente amigable con el entorno y los posibles visitantes”, explica Grass.
Considerando la necesidad de una mayor iluminación en el interior de la casa de máquinas, las fachadas sur y poniente, expuestas a la Ruta Internacional Pehuenche (principal acceso de la central) tienen grandes ventanas termopanel en PVC. “Esto permitió jugar con el frontis disminuyendo visualmente la altura total del edificio y aportando como complemento un juego en las sombras que se proyectan sobre la fachada”, agrega Bernardita Grass.