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23 mar. 2023

Medir e Implementar: cómo avanzar en la Eficiencia Energética

Para las grandes empresas, el escenario que crea la Ley de Eficiencia Energética les impone el desafío de tener un diagnóstico que abarque el 80% de sus consumos e implementar las medidas para alcanzar las metas definidas por la autoridad.

La eficiencia energética dejó de ser sólo una buena práctica. La publicación en 2021 de la Ley que la promueve, que ha venido acompañada en el último año por un engranaje de reglamentos y resoluciones asociadas, ha puesto a las grandes empresas en la cuenta regresiva para implementar la nueva ley, y que implica, entre otras medidas, contar con sistemas de gestión de energía. 

Pero  ¿cómo logramos avanzar en la eficiencia energética?, ¿qué tipos de medidas podemos implementar?, y, ¿cómo las identificamos?

Si bien existen muchas y distintas formas de lograrlo, pero todas dependen de un paso inicial: realizar un diagnóstico energético de nuestras instalaciones o sitios, identificando dónde, cuándo y cómo se consume la energía dentro de nuestros procesos. Esto nos permitirá obtener un histograma que nos ayudará a entender dónde enfocarnos, para que nuestro alcance inicial cubra, a lo menos, el 80% de nuestros principales procesos o equipos consumidores de energía.

Luego de entender la caracterización energética de nuestras instalaciones, es necesario identificar variables independientes de las cuales depende el consumo energético (por ejemplo, producción, temperatura, humedad, tráfico de datos, características de materiales, entre otros). Esto nos permitirá  construir indicadores de desempeño energético (IDE), los cuales deben ser validados estadísticamente (por ejemplo, usando el protocolo internacional de medición y verificación – IPMVP), permitiéndonos a su vez construir una línea base (LBE). Sobre estos indicadores y líneas base es que nuestras Medidas de Mejora de Eficiencia Energética (MMEE) actuarán, mejorando el desempeño energético de la compañía.

Abanico de opciones

¿Cuáles son algunas de las MMEE que podemos implementar?, y ¿cuánto cuestan y cómo las priorizamos?

La detección de MMEE también es parte del diagnóstico energético inicial y son identificadas a través de análisis de información histórica de la planta y sus procesos, de entrevistas con diferentes roles dentro de la organización y, sobre todo, a través de visitas y mediciones en terreno. 

Dentro de las MMEE podemos encontrar diferentes tipos. Una de ellas es, por ejemplo, las  mejoras en control operacional, lo que en general es de baja inversión, donde lo que buscamos detectar son espacios de mejora en la forma en que se realizan las actividades diarias de cada sitio, como por ejemplo la detención y apagado de sistemas que funcionan fuera de horario o cambios en la programación de sistemas de control y sus respectivos setpoints de operación, los que muchas veces se encuentran fuera del rango ideal. Otra medida de relativamente baja inversión es la de reducción de pérdidas, por lo general pérdidas térmicas en los procesos, tanto por mala aislación como por niveles de calentamiento o enfriamiento superiores a los que realmente demandan los distintos procesos. Por último, pero no menos importante, se encuentran las MMEE asociadas a la incorporación de nuevas tecnologías (por lo general mayores inversiones) que nos permitan mejorar el desempeño de los procesos, como por ejemplo sistemas de control con variadores de frecuencia asociado a demanda variable, recambio de equipamiento por nuevas versiones más eficientes, recuperación de calor para precalentantamiento (economizadores de calderas o recuperación de calor de gases para calentamiento de agua), sistemas de climatización y control eficientes con freecooling incorporado, iluminación eficiente, entre muchas otras.  

Debido a la gran cantidad de MMEE que podemos levantar en cada sitio de nuestros clientes, es muy importante realizar un análisis técnico, tanto de perfil como de prefactibilidad, para calcular el impacto de mejora en el desempeño (medido en % sobre el IDE, equivalente a una cantidad de energía estimada anual estimada) y su impacto económico. Con esto podemos analizar el flujo de caja de cada proyecto, priorizando las distintas medidas que cumplan con los criterios definidos por la organización en cuando a VAN, Payback, TIR, entre otros.

Es importante destacar que estos planes de acción (MMEE) deben contar con un plan de medición y verificación (M&V), para lo cual existen metodologías como el protocolo internacional de medición y verificación (IPMVP en sus siglas en inglés) que nos permitirán corroborar el real impacto de los proyectos de eficiencia energética. Este análisis permitirá justificar su inversión, como también apalancar económicamente otras iniciativas, iniciando y manteniendo un ciclo virtuoso de mejora del desempeño energético en el tiempo.

En definitiva, en momentos en que las grandes empresas enfrentan la cuenta regresiva para adoptar las medidas que establece la nueva Ley de Eficiencia Energética, es el momento de pasar de ser proactivos y pasar a la acción.

Pablo Bustos, Gerente Energía Grandes Consumidores de Colbún Soluciones by Efizity.

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